A Luis Gurevich se lo conoce -quizás en primer lugar- por ser compañero de tantas canciones compuestas junto a León Gieco, a la vez que pianista y tecladista de su banda desde hace más de dos décadas. Los socios del Club también pueden conocerlo por formar parte de la Orquesta Los Amigos del Chango, cuyos dos discos, editados en 2014 y 2017, fueron seleccionados para la línea Folklores.
Músico inquieto, siempre de gira o planificando una (en el momento en que se escriben estas líneas está en Japón, por ejemplo), concibió y grabó este disco en Suecia. Síndrome de Estocolmo es un viaje por 10 estaciones de subterráeno de la capital sueca. En cada parada, una pieza compuesta por Luis en la que él toca el piano con algún instrumentista invitado de la escena de Estocolmo. La idea fue compartir material, fusionarse. Según él mismo afirma, "Es música con aire de folklore de acá con música con aire de folklore de allá".
Obviamente para los hispanoparlantes será más sencillo disfrutar la escucha del disco que pronunciar los nombres de los 10 temas, ya que son estaciones que en vez de llamarse Callao o Plaza Italia tienen denominaciones como Medrogarplatzen (track 5, rítmico y punzante) o Kungstradgarden (7). Momentos de muchísima belleza en los que se fusionan tradiciones distantes se producen cuando el tren se detiene en Gamla Stan (2) y Hotorget (3), en los que participan conocidos músicos como la sueca Beata Söderberg o el argentino Mono Izarrualde, respectivamente.
El Síndrome de Estocolmo, como se sabe, es el enamoramiento de la víctima de un secuestro por su victimario. Hay conocidos casos en la historia; muchas veces no es amor pero sí identificación, defensa, etc. En este caso no hay delito, pero sí se nota la fascinación de Gurevich por la música sueca: el resultado es una deliciosa mezcla de sabores que genera un folklore nuevo e imaginario.
Club del Disco
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