Es una cuestión de actitud, típica de la generación de los fundadores del rock argentino, o del rock en idioma español: Moris comienza su disco, un trabajo en el que no faltan algunas perlas de su extensa trayectoria de cinco décadas, con una canción nueva que, a la vez, tiene el sabor de sus clásicos.
Con la colaboración de unos pocos músicos elegidos, entre los que no podía faltar su hijo Antonio Birabent, este cronista del rock entrega el que posiblemente sea su último disco de estudio, dejando un legado inconformista y vibrante. Su vigencia, al mismo tiempo que Charly García edita un disco con diez canciones nuevas y que Litto Nebbia sigue editando discos y luchando contra los mercaderes de la cultura, demuestra de qué madera estaban hechos los que arrancaron con la "música joven" allá por 1966.
Club del Disco
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