Para los que no saben quién es el mentor de Octafonic (esta banda de art rock pesado, podríamos decir), acá resumimos: Nicolás Sorín (hijo del director de cine Carlos Sorín) es compositor, arreglador, productor y director de orquesta, formado en la famosa escuela Berklee, de Boston. Su disco anterior con otra formación, llamado Cosmopolitan, lo tuvimos como Disco del Mes en 2012 y ya asomaba algo de lo que aquí tenemos ahora. Premiado por la creación de muchas bandas de sonido para cine y por producir discos para otros artistas internacionales, desde hace unos años Sorín coquetea tanto con el jazz como con el rock inteligente y la electrónica. El caso de esta última creación está dando mucho que hablar por su sofisticación, poder y mezcla, a la vez que nos atrapa con sus canciones directas.
Del grupo que armó Sorín para tocar esta música súper poderosa, forman parte algunos artistas conocidos para nosotros y que están vinculados entre sí por otras música, por ejemplo: Esteban Sehinkman (en piano y teclados), Cirilo Fernández (en bajo), ambos tienen sus grupos de jazz moderno; o incluso Pedro Rossi (toca guitarra; y es el guitarrista de Liliana Herrero); la formación incluye ademas tres vientos, sintetizadores batería y percusión; así resulta un noneto. Para grabar su disco debut llamado Monster, eran un octeto con músicos invitados.
Lo que hacen es rock inclasificable, fuerte y pegadizo, del perfil de buenos grupos americanos como Faith No More o Morphine. A lo largo del disco se dan cruces como algo concreto, poético y electrificado; arreglos de viento, potente base de bajo y batería, gritos con voz rasgada pero entonada, pianos alocado y pequeñas agregados de electrónica. Todas las composiciones son de Nico Sorín y cantadas por él mismo en inglés. Las canciones de Octafonic pasan por muchos lugares sin caer en exageraciones ni liviandad. Con mucho carácter expone la sinergia entre sus intérpretes (no es sólo lo que tocan, sino cómo lo tocan), creando un cocktail explosivo entre post rock, jazz y canción actual.
El debut de este grupo significa, no solo hacer realidad en menos de un año el jugado sonido del grupo para la grabación, sino también que su propuesta tenga un alcance superlativo en su corta carrera.
Producida por Sorín, la banda comenzó a trabajar a mediados de 2013 y enseguida grabó este interesante álbum, y desde que salió esta causando sensación en público muy diversos. Hay que destacar que son todos músicos que tienen años de carrera y experiencia en el medio, además hacen diferencia generando algo nuevo y grupal, partiendo de la desprejuiciada capacidad autoral de Sorín.
Producido por Nicolás Sorín, Mariano Bonadio y Juan Armani
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