Gabriel Sivak es un joven pianista uruguayo radicado en París que proviene del tango, aunque como compositor ocupe un lugar deliciosamente ambiguo, que es un punto de intersección entre la música académica, el tango y la experimentación, cercano, si se quiere, a trabajos como el de Gerardo Gandini en sus Postangos, a Adrián Iaies o a Diego Schissi. En este caso, es más clara la cruza entre la escritura formal europea y el pulso rioplatense del tango, aunque sin remitir al omnipresente Piazzolla, lo cual es un enorme mérito que pocos pueden ostentar. Genera un ambiente sonoro sugerente y flotante que nos transporta como por encanto a otro plano de lo que el tango podría ser.
Un eco de palabras cuenta con Jorge Luis Borges como claro inspirador de la última pieza, Impresiones del Golem (donde además se escucha su voz como parte de la obra) y de la estética general del disco. Su influencia es clara en la elección de títulos como Motivo de ausencia o como el que le da nombre al disco.
La formación que dirige desde el piano Sivak es un cuarteto variable: salvo el violonchelo, que está siempre, el violín, el bandoneón y aún el mismo piano aparecen o no de acuerdo a las necesidades expresivas de la composición. Prácticamente no se repite ninguna formación en los siete temas (número cabalístico que refuerza este vínculo con lo borgeano). Además del audio excelente, el CD cuenta con un bonus track que es el videoclip de Motivo de ausencia.
La grabación se hizo en Francia, salvo un track grabado en los estudios ION de Buenos Aires, con la participación como invitado de Juanjo Mosalini en bandoneón. Y gracias a un subsidio para talentos jóvenes de la municipalidad de París hoy existe este disco, que fue editado en Europa por el sello belga Mogno, y llega de manera exclusiva a la Argentina a través del Club del Disco en esa edición importada, que no se consigue en el país de otra manera.
La cuidada gráfica explica muy bien, con palabras e ilustraciones, el espíritu con que fue escrita e interpretada esta música, e incluye una suerte de bendición de Egberto Gismonti, nada menos. Con el auspicio también de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, este trabajo hace honor a semejantes padrinos con holgura.
Producido por Gabriel Sivak
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