Este es el segundo disco de Mostruo!, grupo de La Plata que hunde sus raíces en lo más blusero de los orígenes del rock argentino (Manal, Pescado Rabioso, Vox Dei, La Pesada) pero a su vez deja entrar influencias de muchos otros grupos y épocas. Si bien muchos críticos los ubican en esa tendencia setentista, a nuestro juicio lo que más se percibe de esa veta es la libertad con la que se manejan para construir sus temas. Lejos de la temática barrial que se impuso en los noventa y su posterior pauperización, y con una calidad en los arreglos vocales y en el toque de todos los instrumentos que sorprende (algo que ya es poco habitual en el rock argentino). Los cuatro integrantes de Mostruo! además son los autores de todos los temas y se ocuparon también de otros aspectos de la producción de este CD, como la gráfica característica del grupo. Como su nombre lo indica, este cuarteto es un monstruo voraz alimentado de Hendrix, de Kiss, de los ya mencionados pioneros locales, pero también de Living Colour, de Riff o de muchos más (la lista sería una enciclopedia del rock). Ninguna influencia es pura, está todo mezclado y unido por la originalidad de la propuesta, cuya poética oscila entre la ironía y el absurdo (lo que nos remite fugazmente a Peter Capusotto, por ejemplo, en El rey de las bambalinas) y la sinceridad más verosímil. Queda flotando siempre la duda de si están cantando en serio algo, o si se están riendo del género. Esa ambigüedad, contra lo que se podría pensar, le aporta un valor extra a Mostruo!, ya que hace posible tanto una escucha ingenua –comprobamos su impacto notablemente en niños y adolescentes-, como un acercamiento de aquellos que andan por los treinta o cuarenta y pico y sienten revivir toda una manera de entender el rock. Cuando el rock no era sinónimo de tres acordes y odas al descontrol, sino una forma realmente rebelde de vivir el mundo desde la creatividad, cuando se buscaba la máxima calidad posible en lo técnico sin perder frescura al componer.
Técnicamente, el disco suena como si hubiera sido grabado y producido en un estudio de Los Ángeles. Pues bien, se grabó en los Estudios Hollywood… de City Bell (Provincia de Bs As). Un sonido ancho, bien al frente las guitarras y las voces (hay dos cantantes en vez de uno, y los coros que nuevamente destacamos), pero una perfecta comprensión de todo, incluidas las letras. La nueva gran cosa es el disco más rockero que seleccionamos en la historia del Club. Al escucharlo, con la variedad de ritmos en ese estilo, nos queda claro por qué está en nuestro Catálogo y merece la atención.
Producido por Los Sueños de la Razón.
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