Detrás del río aguarda este Jaguar, erguido, no agazapado, mostrando orgulloso toda su musicalidad. Nada es casual: ni la elección de un nombre que, de tan americano es prácticamente un símbolo de la fauna del continente, ni el hecho de que los notables músicos que conformaron este grupo se hayan reunido por su vínculo con Luis Alberto Spinetta.
Rodolfo García es Almendra, pero también Aquelarre; Lito Epumer además de tocar en Spinetta Jade antes fue Madre Atómica, últimamente el trío con Machi y Judurcha y sus proyectos grupales; Dhani Ferrón, bajista de largo recorrido que tocó, entre otros, en la banda de Emilio del Guercio, ahora desde hace cuatro años con David Lebón, fue Los Amigo junto a Luis y Rodolfo. Por último, Julián Gancberg, el más joven de los cuatro, viene tocando teclados con Lito desde hace tiempo y publicando también su propia música. Todo eso y la suma de estas cuatro partes está presente a lo largo de los doce tracks de este álbum de un grupo forjado en 2017 y que ahora entrega su primer álbum.
Se respira en el aire el aroma de los clásicos de cuando esta música era llamada (no por nada) rock nacional. Al mismo tiempo, es claramente un grupo actual, que suena ajustado y emotivo a la vez. Desde la primera canción, Ancestral, se siente en la armonía y en el impulso rítmico la influencia amorosa de Spinetta. La voz de Ferrón, aguda y ajustada, parece haber crecido con Almendra, ya que tiene algo del Flaco pero también un color que resuena a Del Guercio. Es Dhani, nomás, que creció escuchando a Almendra como tantos de nosotros...
Seis de las canciones llevan la firma de Ferrón, dos en coautoría con García. Una de ellas, la que da nombre al álbum (track 9) es uno de los momentos de más lirismo, cuando las voces de ambos se unen. Niña ven (4) es de Julián Gancberg y él mismo la canta. Comienza muy abajo y va creciendo hasta llenarse de sentido. Zapatito (5), un bellísimo candombe de Lito Epumer que ya figuraba en un álbum suyo, es el único tema instrumental del disco. A Lito se le escucha poco la voz, pero canta con la guitarra de manera magistral a lo largo de todo el álbum.
Por último, cuatro versiones de Jaguar de canciones muy especiales. Señorita corazón (7) es uno de los momentos más altos del disco; se trata de una increíble canción de María Gabriela Epumer con letra de Emmanuel Horvilleur que le queda pintada al grupo.
Dejamos para el final tres joyas muy especiales de Spinetta: Río como loco (3) es la canción que figuraba como track oculto al final de Los Amigo, pero que el Flaco no llegó a grabar con letra: ahora se escucha por primera vez como era; Para que me sigas (8), otro punto altísimo, es una canción de Almendra de 1969, que entonces como ahora cantaba Rodolfo, y que no había sido grabada en estudio (existe una versión disponible en vivo, del show en el Teatro del Globo, luego dejaron de tocarla); Caminata (10) también era de Almendra, pensada para la ópera proyectada en 1970 que finalmente no concretaron, permaneció inédita hasta ahora.
La gráfica, un bellísimo relato gráfico que trae todas las letras de las canciones, está a la altura de lo que se escucha. Cincuenta años después de la aparición de los primeros LP de Almendra y Manal, este álbum demuestra que esta música no se detuvo y sigue dando excelentes señales de salud artística. No es un dato menor el hecho de que tres de los cuatro integrantes del grupo canten, como era la usanza en tantos grupos locales antaño. La espera valió la pena...
Club del Disco
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