Sólo pasaron unos meses desde el debut discográfico del Colegiales Trío que integran Adrián Iaies, Diana Arias y Facundo Guevara, y llega ya el sucesor: Madera, cuero y unas campanas gira alrededor de la zamba, y por eso el título alude fuertemente al bombo legüero que pulsa el percusionista; con la salvedad de "unas campanas" que son las que suenan en la apertura y cierre del disco, con Ballad Of The Young Sad Man, uno de los dos standards que son parte del tracklist. En la primera versión canta Laura Iaies (sí, hija de Adrián) y está claro que la escucharemos más en un futuro no muy lejano.
Luego sobreviene una suerte de chacarera, dedicada con cariño al Chango Farías Gómez y Manolo Juárez. Es en cierta medida un reconocimiento a dos maestros y pioneros en esto de hacer una música universal pensada y sentida desde el propio territorio. Si Iaies no los nombrara, igual estarían presentes en el aire que se respira a lo largo de todo el álbum, pero el hecho de hacerlo explícito es un gesto lleno de gratitud y cariño de parte del pianista y compositor.
Siendo Iaies ferviente hincha de Estudiantes de La Plata, los tracks 3, 4 y 9 son zambas con dedicatorias pincharratas: al Cholo Simeone (DT campeón en 2006), a Pachorra Sabella (histórico jugador y DT campeón, que le dio su cuarta Libertadores al conjunto en 2009) y al Narigón Carlos Salvador Bilardo (no hace falta explicación, en este caso). Sabemos que quedó afuera, además, un tema dedicado a Zubeldía, el DT que comenzó la estirpe campeona en la década del '60. Las zambas de Iaies tienen todo su pianismo: más cercanas a Lagos que a Leguizamón, las melodías fluyen sin enormes saltos y con mucho juego rítmico.
Promediando el disco, un clásico de Thelonious Monk a dúo (sin contrabajo) recibe un tratamiento percusivo folklórico a cargo de Facundo Guevara que es un deleite. Luego, se regresa a las zambas, con un dúo en el que se ausenta justamente la percusión. Es la Zamba del Parque Saavedra (6), uno de los momentos más inspirados, sin dudas.
Todavia algunos se preguntan por qué Adrián Iaies tiene público que excede el ghetto del jazz. La respuesta podría ser: escuchen este disco. Es jazz, sí. Es música argentina, sí, también. ¿Es abierto? Sí: lo puede escuchar cualquier amante de la música, aún aquellos que jamás pisarían un club de jazz.
Club del Disco
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