Arto Lindsay es un productor de trayectoria y reconocimiento a nivel mundial, músico multifacético, compositor, guitarrista y cantante desde hace más de cuarenta años. Nació en los Estados Unidos, pero vivió y creció en Brasil, su adolescencia coincidió con la explosión de la Tropicalia en los ’60 y eso lo marco para siempre. Si bien Salt es su último álbum en estudio, no es un disco “nuevito”, salió en todo el mundo (incluida la Argentina) en 2004, siendo el primer trabajo suyo que se editó en este país; por lo que visitó Buenos Aires para tocar en vivo en 2006. A quienes no conozcan este gran talento ofrecemos la posibilidad de acercarse a su trabajo con un disco impecable. Parece ser una obra en 3 dimensiones, en un campo de acción están los patrones rítmicos y los timbres, que toman como base las músicas tradicionales de Brasil, África y géneros afroamericanos (hip hop, dub, soul), todos hechos digitalmente. Esas programaciones y recursos electrónicos comparten espacio con percusiones acústicas, pues es un disco con muchos ritmos y muy bien trabajados. Una segunda dimensión la da la orquestación dominada por guitarras, violines y teclados, más la cálida voz de Arto. La tercera dimensión concentra la equidad de los ingredientes, arreglos que invierten los planos –algunos instrumentos melódicos son usados casi como percusión–, fusión de lenguajes, melodías atrapantes, sonido cosmopolita, cantado en ingles y portugués. Pero quizás son más las dimensiones que resultan del trabajo de Lindsay como productor; allí yace la maravilla. La amalgama queda plasmada en diez canciones pop sabrosas y profundas.
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