Miguel Marengo (piano), Damián Falcón (contrabajo) y Bruno Varela (batería) son músicos de jazz jóvenes (en la acepción actual que lleva la juventud hasta el umbral de la cuarentena). Conocen a la perfección los diversos lenguajes del jazz y, para su primer disco, tomaron un par de decisiones fuertes. Una, grabar música ajena. No son todos standards del Real Book, claro. Pero no incluyeron composiciones propias, un poco a contracorriente de lo que es una tendencia del último decenio y medio del jazz argentino. Otra, grabar en estudio pero con público. Sí, se escuchan los aplausos al final de cada track (no luego de cada solo, como ocurriría en una actuación en un teatro o club).
La lista de temas incluye clásicos de los años de oro del swing, baladas, algo de latin jazz y música de las últimas décadas. La sensibilidad en el toque de Marengo, su toque lento sobre todo, es una caricia para los oídos. Puede construir solos largos en los que juega con las estructuras rítmicas yendo a veces a contrapelo de la base rítmica. Falcón es preciso y hace cantar al contrabajo en los solos, y Varela, además de todo lo que se exige de un baterista, tiene una variedad de registros notable. Lo más importante, más allá de las virtudes individuales, es que el trío suena como una máquina con todos los engranajes bien aceitados.
Un disco que se parece mucho a la experiencia del concierto (se nota en los músicos la sana presión que genera la presencia de público inmerso en el estudio de grabación) con la ventaja de que se puede escuchar en cualquier horario... Un trabajo fino, sin dudas.
Club del Disco
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