Ciruelo es un grupo formado por treintañeros crecidos en la ciudad, que han forjado sus oídos tanto con Spinetta y los Beatles, como con el rock alternativo de los '90 y toda la tradición del Río de la Plata (léase: candombe, milonga, tango, canción orillera). Todo esto se escucha en sus composiciones, a las que le ponen letras actuales de su vidas urbanas y nos suenan cercanas.
Se trata de rock, sin alejarse del pop o del buen folk pero con energía e impronta de banda de amigos. Y tiene además de cierta poesía, poseen un buen cantante que no le teme a las vueltas melódicas, a los climas o a los arreglos vocales. Buenas canciones y audio cuidado, justeza en la ejecución y buen gusto para armonizar los temas. Sin vulgaridades ni pasajes violentos, suenan siempre cercanos, amigables.
Este tercer disco (ya habíamos seleccionados sus dos trabajos anteriores, tiene ocho temas propios y dos ajenos (entre ellos Negro, de Rubén Rada) que vienen con una tapa muy bella; y ya se nota la larga historia de la banda tocando junta por su fluidez y adaptación a los diferentes estilos. Se dejan escuchar interpretando aires de blues, base de candombe, funk, milongas lisérgicas o canciones de rock con influencias de los '60.
Las oportunidades se da en la dosis justa del cruce de músicas de raíz negra con un poco de distorsión en las guitarras, interesante faena en el desarrollo melódico, buen canto (el asesoramiento vocal -dicen los créditos del disco- lo hizo Noelia Recalde, la enorme cantante de Valbé, que tambien hizo coros aquí), y todo con una pisca de densidad urbana y frescura joven. Lindo rock argentino, no barrial sino universal.
Club del Disco
Comentarios