Una de las claves de este disco, más allá de la inspiración y calidez de Litto Nebbia en su contacto con la gente de Zapala, es que el concierto fue producido pensando en grabarlo y hacer un disco. Es decir que tanto el artista como el productor pensaron todo como algo integral. Un piano Steinway fue llevado desde la ciudad de Neuquén especialmente para el show, por ejemplo.
La selección de canciones, más allá de ciertos clásicos inoxidables como Sólo se trata de vivir, El rey lloró o Viento, dile a la lluvia, también es un acierto. Litto se despacha con una gran versión de Como dos extraños, interpreta Michacheo, bellísima canción del patagónico Marcelo Berbel, y trae su Mexican blues, entre otras joyas añejas.
Un disco fresco y natural, con una gran performance de Nebbia.
Club del Disco
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