Los años '70, la infancia o la adolescencia de los que ahora tienen 40 o 50 y pico, adquirieron una carga bastante negativa en nuestro país, por motivos bastante obvios. No es que otras décadas (por ejemplo, la anterior o la posterior) hayan sido brillantes y de prosperidad para la Argentina, pero realmente la efusión de sangre, de injusticia y de irracionalidad fue récord en esos años. Sin embargo, en el campo de la música, fue una edad de oro en muchos aspectos: años de explosión del mercado discográfico, con distintos formatos en los que se lanzaban las novedades (¿cómo no recordar que se publicitaban en la TV, la radio y la prensa escrita "en LP, cassette y magazine"?) y muchos músicos en su apogeo creativo: años de Astor Piazzolla con sus diferentes agrupaciones, del surgimiento de Luis Alberto Spinetta y Charly García, de la enorme popularidad de Sandro... En fin, hacer una lista sería un sinsentido.
¿Qué elementos de esos años se escuchan en este nuevo disco de Richard Nant con Argentos? Más allá de la formación en sexteto con inclusión de una flauta traversa, que desde lo tímbrico lleva un poco para los '70 (al igual que el color de los teclados o de la guitarra eléctrica), es el fundar la construcción de los temas sobre el groove. Y el otro aspecto es la libertad en la arquitectura de los temas, en los que el compás no suele ser "cuadrado" pero no parece un arcano inaccesible para los oídos de los simples mortales. Todo fluye, como nos ocurre cuando escuchamos música de esa época, sin que parezca "música para músicos".
Ya desde la apertura del disco con el tema que da nombre, 70s, se presiente una grabación caliente. Sobre la base rítmica con el enorme -y muy setentista- Matías Méndez en el bajo, Carto Brandán en batería y Álvaro Torres pulsando un Hammond, a los que por momentos se suma en esa función la guitarra de Alan Plachta, compinche de las últimas aventuras musicales de Richard, todas presentadas por el Club recientemente (recordar Ingrid y Un viaje).
Temas de climas más apacibles como Alucinaciones (2) o Lento (3) se alternan con un febril Cocodrilos (4) donde se luce Gabriel Juncos con su flauta. Marchanta (5), de aire folklórico, permite mayor protagonismo de la guitarra como instrumento que va hilando las partes sobre las que tocan Nant y Juncos, y en el sexto track llega la canción del disco, obra de Guillermo Klein: Peach, donde jugando con las palabras (en inglés) canta Edu Giardina.
Cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos llegando al final del disco con Balanu, y sentimos que podríamos seguir escuchando a esta banda, que suena ajustadísima y con muchísimo swing. Y es que el disco no llega a los 45 minutos, remedando también las duraciones habituales en el vinilo, formato que no le vendría nada mal a esta música y a la gráfica que la enmarca, y que remite a través de tipografías y colores a los productos de esos años.
Un muy potente registro para escuchar en el calor del verano, a todo volumen, o en la soledad, con auriculares, disfrutando de cada detalle y cuidando los oídos...
Club del Disco
Comentarios