Se trata de un registro impecable por donde se lo mire o escuche, el de este quinteto que toca tango como si interpretara jazz, pero con una personalidad local, con un sonido y tratamiento orquestal muy actual. Once temas instrumentales, incluyendo un bonus track en el que versionan con mucha sensibilidad a Spinetta, que ofrecen una visión más que amplia de la nueva música ciudadana, particularmente singular por sus arreglos y el trabajo de orquestación. Todo amalgamado en una sonoridad acústica y muy bien grabado, con aire y silencios influyentes; hecho con mucha sutileza. Se nota clara “la mano” de quien lo grabó y dónde se hizo la grabación: Pablo Acedo en los míticos estudios Ion.
Tanto las formas como los desarrollos melódicos en las composiciones de Nico Guerschberg tienen un valor esencial. Y está claro que las participaciones de quienes lo acompañan hacen la diferencia también en el producto final; la formación tiene un nivel de conocimiento tanguero que se escucha natural. Martín Pantyrer en clarinete, César Rago violín, Juan Pablo Navarro en contrabajo, Alejandro Guerschberg en bandoneón y Esteban Falabella, quien toca guitarra (eléctrica). Con ellos el autor se funde y se alternan los roles protagónicos, sin egos ni excesivas muestras de virtuosismo o técnica. Entre todos van creando pasajes sonoros muy atractivos, donde lo rítmico no queda en un segundo plano y no hace falta persusión, ya que saben ponerse en ese lugar de base o guía por momentos. Nicolás toca el piano siempre con el pulso justo, con un manifiesto cuidado por las acentos.
Tenemos, entonces, otra gran muestra de lo que se está generando desde la comunidad de TangoContempo en la ciudad, con una música que tiene vida para rato en el corazón de estos talentos.
Producido por Nicolás Guerschberg
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