Radicada hace ya diez años en la Argentina, adonde acudió para completar su formación musical, la cellista y compositora paraguaya Jessica Estigarribia viene desarrollando, a la par de su participación en álbumes de otros artistas, una carrera propia con un estilo muy personal, imposible de adscribir a un estilo o corriente en particular. La música que ella escribe no tiene al cello como instrumento solista: el piano suele generar un clima armónico sobre el que luego la trompeta o el cello cantan, pero la orquestación tiene cierto carácter sinfónico, en el sentido de que los temas suelen pasar por los diversos timbres del sexteto.
En ese sentido, si bien existe dentro del grupo el trío rítmico base del jazz (piano, contrabajo y batería) lo que más conserva del género es la idea de libertad, no tanto la práctica de la improvisación. Cierta serenidad emana de Jessica y su cello, y eso se transmite a todo el andar del grupo, y también se refleja en los nombres de los temas.
Una obra integral, que enlaza el registro de la naturaleza que nos rodea con la poesía simbolista (como el texto de la artista que funciona como manifiesto o programa del álbum, en el interior de la gráfica) y una música que, sin ser abstracta o pura, se aleja de citas o significantes precisos. Poesía en estado musical.
Club del Disco
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