Emilio Balcarce y Julián Plaza fueron compañeros de Víctor Lavallén en la orquesta de Osvaldo Pugliese y el Sexteto Tango, y fueron a la vez maestros y mentores de El Arranque, una de las agrupaciones medulares del tango contemporáneo que en los 90 irrumpió en la escena porteña para luego erigirse en una de las más reconocidas del país.
Este disco tiene su origen imaginario en 1959, año en el cual Plaza se integró a la orquesta de Pugliese -donde ya tocaban Balcarce y Lavallén- para realizar la mítica gira de seis meses por la entonces Unión Soviética y China. Aquel viaje iniciático marcó a estos grandes referentes, quienes cuarenta años después se convertirían en referentes de las nuevas generaciones de músicos de tango.
Los arreglos musicales estuvieron a cargo de integrantes del grupo, como en discos anteriores de la orquesta, con Camilo Ferrero como principal arreglador. El proceso de producción de esta placa comenzó en 2015 con algunos cruces ocasionales, hasta transformarse en 2017 en un proyecto discográfico que terminó de grabarse en 2019.
Sideral (track 1, de Balcarce), Disonante (2), Melancólico (4), Criollito (8, los tres de Julián Plaza) y Sitano (7, de Camilo Ferrero), son algunas de las composiciones que integran este álbum, un encuentro que vuelve a poner el foco en el cruce entre generaciones; y es la celebración de una forma de entender el tango y lo fundamental de los vínculos entre colegas, maestros y discípulos.
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