Si alguien había pensado que el encierro producto de la pandemia iba a cambiar algo en la forma de vivir de Litto Nebbia, es porque no conoce al artista. Trabajador incansable, escritor de canciones prolífico, el hecho de que durante varios meses no haya habido posibilidades de tocar en público (otra de sus pasiones) le dio aún más tiempo para componer e ir grabando sus nuevas ideas.
Como otras veces, además hay tres canciones de otras épocas, como la que da su nombre al álbum, por ejmplo. El resto, nada menos que 13 canciones, fueron escritas durante los dos años que pasamos en pandemia.
Litto tocó todos los instrumentos (con preponderancia del piano y teclados, y las guitarras acústicas) y puso su voz, como es natural. Apenas un invitado en un tema, el tucumano Leopoldo Deza, que aportó su flauta en Dulce melodía (track 5).
No hay grandes innovaciones a esta altura de la carrera de Nebbia. Quienes lo siguen hace tiempo saben de qué se trata su música. Con predominio de las baladas, en esta ocasión las letras son reflexivas, muy introspectivas. Baste decir que, de las canciones nuevas, se destaca Pájaro de la locura (10), una bella canción con resonancias tangueras en la melodía.
Club del Disco
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