Habían salido ya dos adelantos de Siervo: nada menos que El alma partida (track 4 y centro alrededor del cual gira el disco) y Tu amor (8), con Santiago Motorizado como invitado, cuando nos partió como un rayo la noticia de la muerte de Palo Pandolfo. Es decir que el disco estaba prácticamente terminado, y era ya una obra maestra, de lo más redondo de la carrera del artista, incluyendo a Don Cornelio y Los Visitantes. Y él lo sabía, estaba orgulloso de lo que se traía entre manos. Quizo el destino que no pudiera verlo plasmado. Faltaban solo detalles y eso se solucionó rápidamente, para que podamos terminar este año con el disco hecho realidad. Nos falta Palo, la persona, pero deja en estas once canciones una altísima concentración de su esencia.
Como no ocurría hace mucho tiempo, quizás desde algún hito de Los Visitantes o más lejos aún, como en el primer álbum de Don Cornelio y La Zona, hay en este álbum muchas canciones memorables. De esas que con una sola escucha ya quedan adheridas a la memoria, que es el caso de Doble corazón (1) o la ya mencionada El alma partida. No faltan tampoco esa recitación poética tan personal como en Endemoniado (6), y la rítmica folklórica de casi chacarera que escuchamos en El viento (7). Y ¿qué decir de ese himno con aire brit pop que es Tu amor? Otra canción-himno que recordaremos con facilidad, lo más parecido a Ella vendrá (en cuanto a posibilidad de difusión radial) que hizo Palo en su carrera.
La sensación que parece primar a lo largo del disco es cierta tristeza ante la pérdida de un amor, pero pese a eso hay momentos de optimismo y de up tempo que parecen desmentir esa aserción. Quizás sea difícil separar el dolor por la pérdida de Palo de las sensaciones que nos deja el álbum. En su duración de LP de vinilo (formato que tendrá en 2022), Siervo nos obliga a la escucha repetida.
Es un gran trabajo de Palo el poeta-compositor, y un enorme acierto de Juan Belvis, productor y ladero en este disco. Es difícil no pensar en los grandes álbumes de la historia de la música urbana al terminar la escucha de esta obra. Una joya en medio del barro.
Club del Disco
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