Estos dos discos, el primero dedicado a recrear los arreglos escritos en 1956 por Eduardo Rovira para su Octeto La Plata y el segundo los de Astor Piazzolla para su Octeto Buenos Aires un año antes, además de plantear un fascinante juego de espejos y comparaciones, es un deleite para el oyente, tanto para el más informado como para el que escuche estas orquestaciones por primera vez.
Por supuesto que una de las partes más picantes del asunto es ver lo que hace Rovira con la música de Piazzolla. Lamentablemente nos quedamos con las ganas de ver qué hubiera escrito Astor para interpretar la música de Rovira: eran colegas, pero no pares. La preeminencia, si se quiere la recepción de la música del marplatense, era ya mucho mayor a mediados de la década del 50. Esto no cambiaría con el paso de las décadas; en todo caso se acentuaría aún más. Por eso el rescate de la obra de Rovira por conjuntos actuales es tan importante.
Las dieciséis piezas están excelentemente interpretadas y grabadas, y todo el producto es de una inusual elegancia y belleza. Residente desde hace unos años en Bélgica, Ariel Eberstein pone todo su empeño y esfuerzo en difundir la música de su octeto y el resultado es asombroso, considerando que no son todos músicos formados a orillas del Río de la Plata.
Como bien explica el texto de Omar García Brunelli en la cajita, estos dos CDs no sólo recuperan partituras perdidas (los de Astor Piazzolla quemados en su parrilla en Punta del Este, los de Eduardo Rovira en una inundación en La Plata) sino también transcripciones de grabaciones nunca editadas oficialmente.
Un trabajo magistral que merece más de una escucha atenta.
Club del Disco
ATENCIÓN: Se trata de un producto grabado y manufacturado en Europa, del cual tenemos una cantidad limitada de ejemplares, por lo que recomendamos a nuestros socios no esperar al próximo mes para pedirlo.
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