De un grupo como La Portuaria, que comenzó su recorrido más de treinta años atrás, cuando el rock (o la música, toda), el país y el mundo eran otros, no hay mucho que se pueda agregar y que sea original. Nucleado alrededor de Diego Frenkel, Christian Basso y Sebastián Schachtel, tuvo diferentes músicos que completaron su formación a lo largo de los sucesivos álbumes y distintas etapas. Para este recital se formó una suerte de seleccionado, en el que en realidad el único nuevo fue el baterista, nada menos que Fernando Samalea.
Con la modalidad de público limitado y transmisión por streaming, una de las tantas extrañezas a las que nos acostumbró el COVID 19, el combo repasó desde el escenario su repertorio más recordado, con pocas omisiones y pocas sorpresas. Lo que sí sorprende al escuchar la grabación, de altísima calidad técnica, es la frescura de la voz de Frenkel, siempre joven a pesar del paso del tiempo. Se lo escucha moverse, se siente cómo sacude al público, y eso es impagable.
También hay que decir que no cualquier grupo tiene entre sus filas a Axel Krygier o Alejandro Terán... Aportan muchísimo (ni hace falta decirlo). Por si alguno se había olvidado de cómo puede sonar La Portuaria, este regreso sacude cualquier amnesia.
Para escuchar, para cantar y para bailar. No es el primer disco en vivo del grupo, pero seguramente es el que mejor se escucha y, aunque suene increíble esto, el que lo encuentra más sólido y seguro.
Club del Disco
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