En un país embudo, que siempre tuvo sus industrias culturales concentradas en la ciudad capital, era aún más difícil y despareja la lucha para quienes intentaban trascender desde la periferia (vale decir: el resto del territorio) cuando aún no existían internet, las redes sociales y, como si esto fuera poco, regía una férrea censura. Hay que poner esto en consideración para comprender lo importante que fue Redd, un grupo formado en San Miguel de Tucumán por músicos tucumanos: no sólo logró editar su primer disco, y grabar el segundo, sino que llegó a actuar más de una vez en Buenos Aires, y su música tuvo eco en los medios gráficos de la gran metrópoli.
Su existencia, perfectamente datada, abarca poco más de cuatro años, ya que su debut en público fue el 10 de junio de 1977 como teloneros de Luis Alberto Spinetta en el estadio de Caja Popular de Tucumán, ante unas 5000 personas y su última presentación se dio en un festival de música popular organizado por la revista Humor, el 7 de agosto de 1981 en el estadio de Obras Sanitarias, en Buenos Aires. Aunque parezca cuento, ese día también se presentó el Flaco Spinetta, entre otros artistas. En el medio, tuvieron ttiempo para grabar dos discos con Jorge Portugués Da Silva en la consola, también en Buenos Aires, cambiaron de formación y lograron una difusión impensada para un grupo del lejano norte: fueron entrevistados y reseñados en Clarín, Pelo y Humor, entre otras publicaciones.
Este disco que se editar ahora contiene el segundo álbum, grabado en octubre de 1979 y que salió a la luz mucho después de la separación del grupo, gracias a un sello de música progresiva de Brasil, en 1996. El audio fue completamente remasterizado y además contiene una grabación inédita de estudio, más tres temas grabados de manera testimonial en concierto.
Hay que señalar que para la época de la grabación de las cinco canciones que compondrían su segundo LP, el grupo había incorporado nada menos que al Pollo Raffo, joven músico porteño a quien conocieron porque era el tecladista de Trigémino, otra formación progresiva con la que compartieron conciertos en Tucuman, Rosario y Santa Fe poco tiempo antes.
Escuchar el disco es sumergirse en una época que muchos recordarán con melancolía, y que fue realmente dura y difícil. En 1979, equidistante de su sangriento comienzo y de la trágica salida debida al fracaso militar de la guerra de Malvinas, el gobierno de Videla y las Fuerzas Armadas estaba en su apogeo: plata dulce, represión y la sensación de que quedaban muchos años sin libertad de expresión, de reunión, etc. Esa tristeza se manifiesta a lo largo de esos cinco temas, en los que por supuesto abundan los cambios de compás, las métricas complicadas, los arreglos instrumentales sutiles y una fuerte vocación de originalidad, señales inconfundibles del rock nacional de esa época.
Se trata de un valioso documento que permite completar mejor la historia de nuestra música, más allá de las lecturas de los grandes sellos discográficos y sus productores estrella que nos proponen un carrousel de triunfadores. La edición, sin ser lujosa, está muy cuidada, y el audio (más allá de los tres bonus track en vivo) es para destacar.
Club del Disco
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