Los instrumentos cargan consigo historias, geografías, culturas: a Hernán Crespo el acordeón lo llevó a enamorarse del chamamé, género que interpreta con mucho respeto y aportando su propia mirada compositiva. Sus influencias musicales están marcadas por una historia de inmigración familiar: la música gallega lo une a su origen y su interés por ella lo ha llevado a tocar varias veces con la fundación Xeito Novo. Así también, su pasión por el folklore andino se deja ver en sus obras. El recorrido del artista es amplio, ha grabado o compartido escenarios con Raúl Carnota, Juan Falú, Marcelo Moguilevsky, Adriana Varela y Julia Zenko, entre otros.
Puertos fue grabado en los Estudios ION, lanzado en 2016 y fue distinguido al año siguiente con el Premio Gardel a Mejor Álbum de Chamamé. Como su nombre refiere, la idea de viaje, desplazamiento y una cierta nostalgia son imágenes que se hacen presentes al escucharlo. Al mismo tiempo, encontramos alegría, baile y energía en canciones como El Ombú (track 3) y Los Gorriones (7) (chamamés de su propia autoría) así como en Doce Días (12), un candombe especial en su formación donde la gaita de Marcos Meroni junto al acordeón consiguen un sonido único. El álbum presenta doce obras, en su mayoría instrumentales, con excepción de una: Tiempo (4), canción a la que le pone voz una de las mayores referentes del género, Teresa Parodi, casi en un acto de bendición musical del álbum. Otro gran invitado es el acordeonista vasco Kepa Junkera quien participa en Berhueta (9), reversionando junto al artista su propio tema.
La trayectoria de Crespo como compositor de bandas de sonido para películas y obras de teatro se puede apreciar: cada canción propone una ruta diferente que trasciende y logra emocionar musicalmente sin necesidad de la palabra, con un gran manejo de las intensidades y texturas. Un disco con mucha sensibilidad y excelentes arreglos
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