Siete cielos es un disco grabado por encargo, pero un encargo no desprovisto de espiritualidad: se trata de un álbum pensado por Claudio Márquez, un maestro de reiki, para su trabajo. Por lo tanto tiene características en común con las músicas que se usan para la meditación, el yoga y otras disciplinas orientales. El patrón pidió que se cumplieran ciertas normas, y la artesana, en este caso Liliana Vitale, cumplió en la medida que pudo. Es que la libertad creativa a veces es más fuerte que cualquier regla. Así, se trata de siete momentos musicales sin texto, solo vocalizaciones, sin instrumentos, aunque cada uno está introducido por unas campanillas que anuncian el número de pieza por la cantidad de notas que emiten, de 1 a 7.
El comienzo, con La primera piedra, es realmente como si viéramos las ondas que hace una única piedra que se hubiera dejado caer en un estanque de agua. Ya con el track 2, Vaivén de los juncos, encontramos más acción armónica y en el 3, Movimiento en el agua, escuchamos una progresión de acordes propia del barroco temprano. En todos los números que conforman esta obra observamos sencillas cadenas de acordes que se reiteran, casi siempre sin cadencias, y ligeras alteraciones que acercan mucho Siete cielos al minimalismo. Pero, al mismo, tiempo, late el pulso de la canción popular, como no podía ser de otra manera tratándose de Liliana Vitale. Por lo que el resultado final es originalísimo: una cautivante cruza entre música coral minimalista, orientalismo y aires beatles.
Vale destacar que todas las voces las canta la propia Liliana, mostrando lo enorme de su registro. Esto le da al disco también un blend sonoro muy orgánico, ya que obviamente el empaste es perfecto al tratarse del mismo timbre multiplicado varias veces. Es difícil precisar si este álbum cumple con su cometido: si realmente induce a la meditación o es adecuado para hacer o enseñar reiki. En todo caso, es bueno para escucharlo con atención, funcionalidad que ninguna música, por más funcional que sea, debería perder jamás.
Cada pieza es acompañadad en la gráfica por la reproducción de unas hermosas pinturas de la artista plástica Alejandra Fenocchio. Un álbum inusual que vale la pena descubrir y disfrutar.
Club del Disco
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