De carácter intimista, el material de este proyecto discográfico de solo piano de Pablo Socolsky se enmarca dentro de un lenguaje jazzístico amplio, con influencias de los grandes maestros como Keith Jarrett, Paul Bley, Bobo Stenson y John Taylor, sumado a la inspiración generada por los textos de Ricardo Piglia y Byung Chul Han, información que aporta el sello, pero que también se puede deducir de las dedicatorias de los dos temas a estos escritores, que se pueden leer bajo el tracklist en la contratapa.
Una característica que resalta desde la primera escucha es que no hay aquí pretensiones de virtuosismo. Todos los tiempos son lentos a medios, pero con preponderancia de la lentitud. Las frases se depliegan de a poco, por momentos con la morosidad de un ocaso de verano, en el que el sol demora horas en terminar de ponerse en el horizonte. A las influencias mencionadas en el párrafo anterior habría que añadir la del francés Erik Satie, inevitable referencia rítmica y armónica en varios pasajes del disco.
El socio del Club del Disco podrá recordar a Socolsky por el trío que integra junto a Mariano y Fermín Suárez, con el que editó Portugal en 2015. También participó del disco Bondades (2012) junto a Mariano Suárez, Kay Heinrichsdorff y Pablo Dawidowicz.
Ahora es el momento de escucharlo solo, en este álbum íntimo y propicio para estos días en el que el tiempo parece haberse detenido.
Club del Disco
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