Desde el sur de nuestro país Arroyito Dúo nos hace llegar Escenarios. Se trata de su segundo disco, el primero se hizo bajo el nombre de Grupo Cayú con canciones arregladas para sexteto, donde participó nada más ni nada menos que Lito Epumer. Esta vez Victoria de la Puente y Nehúen Rapoport nos presentan canciones grabadas en Bariloche. Hay que decir que Nehuén es hijo del recordado Diego Rapoport, pianista que participó de discos memorables como A 18' minutos del sol y Kamikaze de Luis Alberto Spinetta, y Alma de diamante y Los niños que escriben en el cielo, de Spinetta Jade, y de Nayla y El tiempo es veloz, de David Lebón, entre otros, para finalmente radicarse en la Patagonia, entre Bariloche, Neuquén y El Bolsón, hasta el fin de sus días. Si bien la música de este disco está lejos del jazz o el rock (aunque no tanto, como ya veremos), hay que mencionar la estirpe familiar porque tiene su trascendencia.
En este material la unidad entre el paisaje y la música marca el sonido logrando la armonía entre lo que ellos consideran sus dos grandes pasiones: la música y la montaña. Ya se cumplen cinco años desde su formación y en lo que llevan de trayectoria el grupo no paró de recorrer ciudades y pueblos tanto en Argentina como en numerosos países de Latinoamérica y Europa. El espíritu viajero los caracteriza desde sus inicios y sus influencias musicales son igual de diversas que sus recorridos.
Si bien los géneros por los que transitan son variados, lo de ellos definitivamente es el folklore, o mejor dicho, los folklores: zambas, cuecas, tangos, coplas, chacareras, zambas. Escenarios comienza a sonar y una chacarera dulce con muchos juegos rítmicos nos introducen en este primer escenario que propone el dúo, donde un bandoneón a contratiempo nos hipnotiza y las voces se vuelven protagonistas. Se trata de El mundo al revés (track 1).
A lo largo del disco nos encontramos con canciones de todos los tiempos como Gallo rojo, gallo negro o Mi niña Lola, y una bella interpretación de Maldigo del alto cielo de Violeta Parra que logra transmitir muy bien la fuerza del manifiesto. En mitad del disco, Escenarios (track 6) nos sorprende, una canción que arranca en compás de 5, se van transformando y en sólo tres minutos toma formas de jazz, chacarera y rock.
Un álbum con un excelente sonido y, más allá de tecnicismos, con la calidez que necesitamos en estos tiempos, con un arte de tapa acorde al espíritu del disco y hecho por grandes músicos.
Club del Disco
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