Hace ya tiempo que, por simple imperio del transcurrir de los años, Jorge Navarro representa el rol de pianista de jazz maduro, que recrea los clásicos de la época de oro, que ama a Gershwin y que tiene innumerables historias para contar, ya que recorrió el mundo tocando. Parte de una notable renovación de la escena local en los años '60, ahora, con 80 años recientemente cumplidos, es un venerable maestro. Por eso tuvo un merecido homenaje de parte de la Usina del Arte al programar un ciclo en el que tocó con amigos como Ricardo Lew, Luis Salinas, Bernardo Baraj y Luis Cerávolo, entre otros. Este disco está hecho con las mejores grabaciones de esas noches.
El comienzo es con todo: Scrapple from the apple, el tema de Charlie Parker en el que no sólo se luce la guitarra de Lew en su duelo con el piano, sino también el contrabajo de Arturo Puertas con un solo demoledor. Y es que una de las claves de este álbum (y de los shows) es el trío rítmico, completado por Fernando Martínez en batería. Tal es así que uno de los mejores momentos del disco es East of the sun, track 4, donde toca el trío solo. Por supuesto que un gran atractivo de este álbum es escuchar a Navarro interactuando con los diversos músicos invitados, muchos de ellos antiguos compañeros de ruta del pianista.
Con la magia del show, el calor del público cerca y la sensación hermosa del momento irrepetible (de eso se trata el jazz, ni más ni menos), el disco pasa sin que nos demos cuenta y es un muy buen compendio de lo que es capaz de hacer Jorge Navarro con sus manos.
Club del Disco
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