La Big Nant es la big band que dirige el trompetista Richard Nant, a quien los socios del Club del Disco ya conocieron por sus distintos proyectos, como Argentos, Ingrid, su dúo con Alan Plachta y su participación desde el comienzo en La Bomba de Tiempo. Músico polifacético, excelso arreglador, desde hace un par de años está entregado a su proyecto grande de vientos, con el que presentaron ya el año pasado un álbum que salió sólo en formato digital, llamado Reflejos.
La banda, una empresa difícil de sostener por la cantidad de músicos y lo difícil que es hacer congeniar sus agendas, viene tocando de manera constante. En una de esas presentaciones la cantante misionera Cecilia Pahl, cuyo primer disco, Corochiré, está íntegramente dedicado a repertorio de Ramón Ayala, la escuchó y luego le propuso a Richard algo que a primera vista parecía una locura: hacer versiones para ese formato de las canciones de su coterráneo.
Repasemos un segundo los ingredientes, por favor: 1) música elegida del cancionero de Ramón Ayala; 2) una cantante con formación académica que viene interpretando música del litoral; 3) una big band bastante atrevida, que venía haciendo música propia donde no faltaba inspiración en ritmos folkóricos argentinos. De la mezcla de estos tres universos aparentemente tan distantes, aunque todos dentro de los amplios márgenes de la música popular, sale este álbum único por donde se lo mire.
Camino y selva, nombre extraído del recitado de El Mensú, último track del disco, cuenta con siete temas: cuatro con la voz de Cecilia Pahl, dos totalmente instrumentales y el último con recitado. El comienzo es con Retrato de un pescador, un clásico de Ayala que junto a Rumbo a Entre Ríos (track 4) son los temas más movidos del álbum. Mi pequeño amor (2) y Alma de lapacho (5) son los instrumentales, y Corochiré y La voz del monte son, si se quiere más reflexivos. En todos ellos, y gracias a la orquestación y los arreglos preexistentes, brilla la mirada descriptiva del compositor.
La voz de Cecilia Pahl se lleva muy bien con este repertorio, es obvio decirlo a esta altura. Pero además su caudal la hace perfectamente compatible con el tamaño de una banda como esta, con trompetas y trombones por cuatro, saxos y una nutrida base rítmica. El solo repaso del personal de La Big Nant asombra: leemos como al pasar los nombres de Camila Nebbia, Axel Filip o Hernán Cassiba, entre otros.
Grabado en los Estudios Ion, nuestro Abbey Road, y con una gráfica preciosa y muy adecuada al contenido musical, este disco es uno de los lujos que nos da este 2020.
Club del Disco
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