Por primera vez, los hermanos Ruggieri presentan un disco juntos completamente solos, pensado, compuesto e interpretado exclusivamente por ellos. Las composiciones parten de producciones de Mariano Ruggieri en su adolescencia con su secuenciador análogo Workstation. Este origen deja una huella sonora en el disco donde podemos escuchar tanto sintetizadores análogos como un Fender Rhodes, con su característico sonido.
Luciano Ruggieri, en batería, percusión y accesorios, nos propone un universo de climas donde no sólo acompaña sino, parece cantar. Su amplia experiencia en el jazz se hace notar: una complejidad rítmica y una delicadeza y elegancia al tocar que nos muestran sus más de treinta discos grabados, entre participaciones y proyectos personales.
Lento camino a casa propone un comienzo íntimo, acorde al arte de tapa. Un paisaje que espera un largo recorrido, con un horizonte prometedor. El álbum da inicio con Sólo el amor, una traducción al francés de un tema de Silvio Rodríguez. Con notas largas, accesorios y voces que susurran, la composición se aleja de la del músico cubano para generar un sonido nuevo y único, con una atmósfera de intimidad que se mantendrá a lo largo del disco.
70 veces 7 (track 4) y El tiempo de los intentos (6) se destacan por sus recorridos melódicos y armónicos que se alejan de las progresiones de los standards de jazz. La irregularidad de sus compases no hace menos cantable las melodías rifferas que nos proponen las teclas. Receptores del mensaje, último tema del disco, nos sorprende con una poesía rapeada de Emiliano Delfino (Delfino Flow), rapero santafesino con el que ya han trabajado juntos los hermanos en 2016, fusionando jazz, música electrónica, hip hop y rap.
Club del Disco
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