¿Cuándo empezó el trabajo conjunto? ¿A qué hace referencia el nombre del grupo?
Santiago: El trabajo fuerte en conjunto empezó a fines de 2011, comienzos de 2012, aunque ya se venía trabajando de antes. Mbiguá tiene su origen como dúo, conformado por Nicolás y por mí en 2008. El nombre del grupo surge a partir de un ave anfibia: el cormorán, que habita el Delta del Paraná, muy cerquita e incluso a veces dentro de la ciudad de Buenos Aires. M’biguá es el nombre guaranítico que se le daba en la zona y hay un juego también con la mb que tiene una sonoridad africana.
¿Cuál es el nexo con la tradición musical africana? ¿Cómo les llegó esa cultura?
Agustín: Los cuatro somos seguidores y admiradores tanto de la tradición musical africana como de muchas músicas del mundo. Puntualmente Santiago ha viajado varias veces a África para formarse y sigue investigando. Nicolás también visitó la zona del oeste subsahariano recientemente, pero hace varios años que África está presente como cultura en el cotidiano musical de los cuatro, así como otras músicas, en mi trabajo con la percusión y el tabla; Gabo estudió bastante la tradición del saxo pero siempre estuvo muy ligado a la música de Medio Oriente. Algo del trabajo conjunto de este cuarteto estuvo siempre vinculado a la experimentación con distintos instrumentos que tocábamos y ver de qué manera resonaban entre nosotros hoy y aquí en Buenos Aires.
¿Cómo se armó el repertorio de Uno?
Gabriel: El proceso de armado del repertorio fue bastante largo, laborioso y constructivo en muchos sentidos, porque fue parte de la construcción misma de la identidad que fue tomando Mbiguá. A partir de la reinterpretación de temas tradicionales, de lo que cada uno iba queriendo probar, de experimentos sonoros y formales y de variados condimentos personales, llegamos a un núcleo de música que a pesar de ser bastante ecléctico sentimos que es orgánico y nos gusta.
¿Cómo fue la grabación? ¿Todos juntos al mismo tiempo o hubo sobregrabaciones?
Nicolás: La grabación requirió de bastante organización y planeamiento previo, por lo variado en cuestión de instrumentos que conforman cada tema. La configuración y distribución dentro del estudio de Diego cambiaba entre tema y tema, porque casi que ninguno de los cuatro toca el mismo instrumento de un tema a otro. La mayoría de los temas se grabaron tocando todos al mismo tiempo para plasmar lo que sucede entre nosotros, pero también hubo sobregrabaciones de algunas voces y algún que otro solo de vientos.
¿Cómo y dónde recomiendan escuchar este disco?
Gabriel: Al respecto Santiago tuvo una idea en un momento, que era recomendar explícitamente en los textos del CD la escucha con auriculares. Luego de escucharlo en diferentes configuraciones nos dimos cuenta de que las experiencias eran diferentes y todas interesantes. En el auto por ejemplo pasan cosas impresionantes. Pero podemos aquí retomar esa idea inicial y recomendar ese viaje sensorial por distintas tierras, espacios y texturas sonoras que es escuchar el disco con auriculares sin pausas de principio a fin, y esperar sorpresas.
MBIGUA son
Santiago Michaël: voz, percusión, kora, ngonis, mbira
Agustín Giuduci: voz, percusión, tabla, udú, mbira
Nicolás Mayer: voz, guitarra, contrabajo, semillas
Gabriel Rosujovsky: voz, ney, saxo soprano y percusiones, maracas
Invitada, Mariana Pereiro: voz
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