Aldo Felaj e Inés Ramos constituyen Decidores. Llevado a su mínima expresión, este dúo se puede sostener solo con una guitarra (la de Aldo) y sus dos voces. Claro que Inés también puede tocar charango o caja, pero ella es esencialmente cantante, con una voz de registro grave muy flexible y mucha claridad en la articulación. Cante suave o fuerte, lo que dice se comprende sin dificultad. La mayor parte de las canciones están pensadas para que sus voces suenen juntas. Y, claro, como esto es un disco, hay aquí bajo y percusión, más invitados que aportan otros colores. Pero no cuesta mucho imaginarse que, en gira, pueden bastarse a sí mismos ellos dos, sin ayuda de nadie.
Es un modelo efectivo y que tiene una larga historia atrás en la música popular argentina: nos podemos remontar hasta la década del '50 con Leda y María, pasando por el Dúo Salteño, Sui Generis, Vivencia, y más recientemente Juan Quintero y Luna Monti. Dúos que se pueden ampliar en el estudio para la actividad discográfica y reducirse para la actuación. ¡Dos cantantes más un instrumento armónico es mucha información! Lo que sigue es preguntarse: ¿qué cantan? ¿Qué dicen? Ahí, en la creación o elección del material suele estar más del 50% del suceso. Y en este caso, hay que decirlo, el repertorio es propio, muy personal e interesante.
Si bien no es nuevo, el concepto de utilizar formas del folklore argentino desde una mirada o una poética urbana está aquí exacerbado. Lo que cuarenta años atrás era casi un pecado, o se llamaba "fusión", como si se tratara de una experimento de laboratorio científico, aquí, sin prejuicios, es más bien una sumatoria. El huayno, la chacarera (el track 2, La insurrecta, con algo de Carnota, es uno de los picos de este disco sin valles) se dan la mano con la bossa o con aires más rockeros. No hay contradicciones: los músicos jóvenes (y la juventud llega hoy en día hasta los 40 años casi, se diría) crecieron escuchando todo junto. Casi no hay formas puras, y hay algo de actitud propia de la cultura rock en cierto descuido, que parece intencional, por los acentos de las palabras en relación a los de la música.
A lo largo de once canciones en las que no sobran arreglos ni tiempo, con una muy buena calidad de grabación, Decidores entrega un disco que es una excelente carta de presentación. Alternan sus voces solistas con el canto a dos voces, con mucha tranquilidad y una dulce melancolía.
Club del Disco
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