Agostina Elzegbe es una joven que, en su primer disco, ofrece un manojo de canciones y piezas instrumentales o sin letra que interpreta ella misma valiéndose de la guitarra (que toca muy bien) y de una voz nada común pero muy afinada, que usa como un instrumento más.
En un clima muy íntimo, y grabando canto e instrumento al mismo tiempo, logra un álbum debut que está muy por encima del promedio, si de primera grabación de un artista hablamos. Con la excepción de Drume negrita, canción de cuna cubana de Eliseo Grenet aquí con el arreglo de Leo Brower, toda la música del disco es de la propia Agostina. La letra de una de las canciones (Nocturnos 1) es de Oliverio Girondo, cuya influencia se percibe también en ciertas letras como Linda luna lunea (casi un homenaje al poeta con sus neologismos lunares) y Yo quisiera ser una palmera (que a la vez tiene un lejano aroma a Federico García Lorca).
Se nota un fino trabajo con la poesía, tanto a la hora de escribir como a la hora de leer. Las piezas instrumentales que parecen rodear a las canciones (a veces con una bella melodía susurrada) son pequeñas joyas. Si bien el estilo no es el mismo, hay algo en Agostina Elzege que recuerda a músicos muy conocidos por los socios del Club del Disco, como Cecilia Zabala o Edgardo Cardozo. Quizás el hecho de dominar con tanta soltura guitarra y canto al mismo tiempo, o las melodías exigentes que se despliegan más de una octava como si nada.
El timbre de la voz de Agostina no es común, decíamos párrafos arriba. Es muy personal, pero tiene una gran riqueza de inflexiones y con su variabilidad de acuerdo a las circunstancias de cada canción, logra conmover. El único tema con invitados cierra el disco y es uno de los puntos más altos. Aparece de pronto la calma voz de Leo Maslíah y entonces nos damos cuenta de que también hay puntos de común entre Agostina y el músico y escritor uruguayo. Los temas no son siempre cortos, algunos de ellos extensos pero sin momentos bajos. Y en poco menos de cuarenta minutos Agostina Elzegbe dice mucho.
Un gran disco, inteligentemente producido, donde todo parece estar en su lugar. A prestarle mucha atención a esta artista.
Producido por Ezequiel Arcidiacono
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