Unir dos instrumentos armónicos como el piano y la guitarra nunca fue fácil. Hace falta mucha maestría, humildad y sensibilidad para que no compitan entre sí. Diferentes sistemas de afinación, diferentes envergaduras y diferentes maneras de construir acordes: si no existe una química común y un deseo de hacer música juntos, el sueño puede transformarse en una pesadilla. Existen ejemplos positivos: en el jazz, los bellísimos discos de Bill Evans con Jim Hall en la década de 1960 o, en el tango, el dúo de Horacio Salgán y Ubaldo De Lío, que tocaron juntos durante casi medio siglo. Imposible no remitirse a esos dos dúos históricos al escuchar a Zárate - Sánchez. Se cuelan trazos de la armonía del jazz en el lenguaje rítmico del tango.
Cristian Zárate (piano) y Leonardo Sánchez (guitarra) son hermanos musicales. Tanto se conocen que, como ocurre con los años en las parejas, se terminan pareciendo: según cuenta en la gráfica del CD uno de ellos, hace poco alguien les preguntó si eran hermanos... Así, hermanados, pasan revista a algunos tangos que ya son clásicos, como A don Agustín Bardi, Los mareados o Afiches, en bellísimas versiones. Pero además de los tangos ajenos, está la producción del dúo, con un lenguaje propio que no ignora la enorme huella que dejó Piazzolla en la música ciudadana. Aguantango y El día que nos quieran son inspiradísimas visiones urbanas, y todo el disco complementa muy bien lo propio con lo "prestado".
Un disco sin sobresaltos, para escuchar tranquilos, respetando ese ambiente de cercanía, de intimidad que destila este dúo.
Producido por Cristian Zárate y Leonardo Sánchez
Comentarios