Piazzolla plays Piazzolla es ya de entrada una jugada fuerte. Apenas ve uno la gráfica contenedora comienza a vislumbrar lo que luego con los oídos y otras partes del cuerpo podrá disfrutar plenamente y tranquilo. Tratándose de su abuelo, Daniel “Pipi” Piazzolla encaró esto con mucho más cuidado que cualquier otro músico; es su sangre primero que nada lo que le suena. Así, con su grupo Escalandrum, que lleva una carrera de más de diez años, consolidó un sonido y una conjunción que aquí se conceptualizan y resumen interpretando las composiones de Astor, que seguro estaría contento.
Pareciera no ser muy difícil versionar a Piazzolla, puesto que sus obras han sido muchas veces ya grabadas y tocadas por miles, pero quizá el punto es que sus composiciones son tan, pero tan poderosas y ricas, que se bancan cualquier cosa (bueno, no cualquier cosa). Entonces, destaquemos los puntos fuertes de este disco, además de que es la primera vez que alguien tan cercano y directo del gran autor le mete manos a su música, y muy bien hecho.
Empecemos por la elección del repertorio, aquí hay clásicos de clásicos y algunos de los otros que es bueno redescubrir. Por otro lado están los arreglos, a ciertas ideas jazzísticas que Astor manejaba, aca se le ponen énfasis y se la juegan en ir al extremo de esa dirección pero con atención a no caer en los tópicos del género. A esto le sumamos que Escalandrum no cambió su intrumentación, sino que toman la iniciativa de los temas con su tímbrica, y por ende conservan su sonido muy elocuentemente. Los vientos como rayos coloridos de luz en la noche del tango, para darle otros giros. El piano usado tanto como base ritmica, o explayándose melodicamente; y la contundencia de la base desde la que construyen su amalgama: batería (que toca Pipi con su sonido tan particluar) y contrabajo son la pata más jazzera de esta riquísima mesa servida, con un menú que ya conocemos pero para esta ocación preparado con otro sabor.
Un trabajo excelente de grabación y tratamiento sonoro a cargo del técnico argentino Facundo Rodríguez (que por ejemplo, es el ingeniero que prefieren los Divididos para sus discos). La elección del estudio no es caprichosa tampoco, además de que ION ofrece un ambiente sonoro ideal para estas músicas, allí también grabó Astor muchos de sus discos.
Entonces, a todo lo que ya dijimos de esta propuesta, podemos agregar que viene con unas palabras de reconocimiento del prestigioso músico Paquito D'Rivera, en el hermoso arte gráfico de presentación, sólo resta que nos dejemos sorprender con sus conciertos en vivo, que prometen hacer giras por todo el país, incluso sumando al vientista cubano antes mencionado en algunos shows. Todo muy recomendable y por eso seleccionado con mucho gusto de nuestra parte.
Producido por Escalandrum y Daniel “Pipi” Piazzolla
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