selección

Vivaldi: Las cuatro estaciones

Franco Gulli (violín) + Riccardo Chailly (dirección)

imagen

Código: 1300

Precio: AGOTADO /

+envío (ver tabla)

Selección

Este disco fue seleccionado en diciembre de 2010 como clásica .

Temas

  1. 1. Concierto para violín en Mi Mayor “Primavera” Allegro

  2. 2. Largo
  3. 3. Allegro
  4. 4. Concierto para violín en Sol menor “Verano” Allegro non molto - Allegro
  5. 5. Adagio - Presto - Adagio
  6. 6. Presto
  7. 7.Concierto para violín en Fa Mayor “Otoño” Allegro
  8. 8. Adagio molto
  9. 9. Allegro
  10. 10 Concierto para violín en Fa menor “Invierno” Allegro non molto - Allegro
  11. 11. Largo
  12. 12. Allegro
  13. 13. Concierto para violín en Do Mayor “Per la solennitá di San Lorenzo” Largo - Allegro molto
  14. 14. Largo e cantabile
  15. 15. Allegro
  16. 16. Concierto para violín en Mi bemol Mayor “Funebre”
  17. 17. Concierto para violín en Sol menor “Per l’orchestra di Dresda”  Allegro
  18. 18. Largo non molto
  19. 19. Allegro

Ficha técnica

MÚSICOS

Franco Gulli: violín
Filarmonici del Teatro Comunale di Bologna
Director: Riccardo Chailly

Grabado en 1992

Sello

DECCA

Si hay una obra pop dentro del catálogo del prolífico Antonio Vivaldi sin duda se trata de los cuatro conciertos para violín conocidos como Las cuatro estaciones. Presentamos una brillante versión de 1992 con Franco Gulli en violín y la orquesta Filarmonica del Teatro Comunale di Bologna bajo la dirección del reconocido Riccardo Chailly.

Vivaldi debe gran parte de su fama entre el público en general a esta obra que junto a su también famoso Gloria es sin dudas la más interpretada (y grabada, claro). El valor de esta edición del sello inglés Decca que presentamos para nuestro verano, está dado tanto por la interpretación notable del recordado violinista Franco Gulli (1926-2001) y de las cuerdas dirigidas por un entonces joven Riccardo Chailly, como por la calidad técnica de la grabación. No es lo mismo tener una versión tocada y grabada por manos anónimas que disponer de una interpretación que puede todavía “decir” algo sobre una obra ya tricentenaria. Estos conciertos para violín se publicaron en Venecia, foco de la cultura de su tiempo y lugar de residencia de Antonio Vivaldi, en 1725, como parte de una colección más amplia de conciertos. La tradición musical de Venecia se remonta al Renacimiento, con la llegada de los maestros flamencos (los más buscados en el 1500) y el surgimiento posterior de Claudio Monteverdi, Salomone Rossi y otros compositores. También hubo notable escuela de ejecutantes: cantantes, violinistas, organistas (Claudio Merulo, por ejemplo, era veneciano) cuyos nombres aún resuenan en nuestros tiempos, pese a provenir de una época en la que la posibilidad de registrar un sonido era aún una quimera. Allí, Vivaldi era profesor y compositor, disponiendo de más de una orquesta y coro para estrenar sus obras. Pronto su nombre fue creciendo entre los amantes (y mecenas) de la música. Las características que hacen de estos cuatro conciertos una pieza que la gente recuerda aún sin haberlos escuchados completos son su melodismo sencillo y memorable al mismo tiempo, y los efectos de las cuerdas para imitar a los sonidos de la naturaleza. Esta práctica imitativa estaba muy desarrollada en la época de Vivaldi (y antes también, ver Jannequin y su Canto de los pájaros) y no constituyó una novedad en su tiempo, pero la maestría con la que logra evocar distintos fenómenos como el correr de las aguas de un arroyo, el canto de las aves o la caída de la lluvia, sin más recursos que alturas musicales que por otra parte cumplen con las reglas de la armonía y el contrapunto (es decir: sin “samplers” ni otros artificios modernos), sigue seduciendo a los oyentes de la actualidad.
Además de Las cuatro estaciones el disco ofrece tres conciertos más para violín. Uno en Do Mayor “para la Solemnidad de San Lorenzo”, otro llamado Fúnebre (en Mi bemol Mayor) y uno en Sol menor. De esta manera ofrecemos a nuestros socios una ventana a parte del extenso repertorio de Vivaldi, acercando una obra muy conocida en una de sus mejores versiones. El ejercicio de comparar versiones y desechar las que no aportan nada que estimule el oído es indispensable cuando hablamos de música como esta, tan transitada. Recomendamos mucho esta posibilidad de reescuchar una obra maestra en una versión magistral.

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PARA MÚSICOS

 

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